De Recortes Fiscales a Aranceles: Trump Ignora Señales Económicas de Alerta
Un día después de que los republicanos en la Cámara de Representantes aprobaran un costoso paquete de recortes fiscales que sacudió los mercados financieros, el presidente Donald Trump redirigió su enfoque hacia otra de sus prioridades políticas: los aranceles. El viernes, lanzó nuevas amenazas comerciales que aumentaron la incertidumbre entre inversionistas y provocaron temores de precios más altos para los consumidores estadounidenses.
A pesar de haberse posicionado como un hábil administrador económico, la decisión de intensificar su guerra comercial global pareció contradictoria y riesgosa. Fue el cierre de una semana donde el mandatario ignoró múltiples advertencias sobre los posibles efectos negativos de su agenda, incluyendo un aumento de la deuda nacional, impactos desfavorables en sus propios votantes, y perjuicios para las familias de bajos ingresos.
Un giro desconcertante en la política económica
La tibia reacción de los mercados a las políticas económicas del presidente no impidió que Trump incrementara la tensión. El viernes, amenazó con imponer aranceles del 50% a la Unión Europea y del 25% a Apple. También advirtió que otras compañías tecnológicas podrían enfrentar medidas similares.
Desde su llegada al poder, Trump ha tratado de implementar una visión económica agresiva: recortes fiscales generosos y una desregulación a gran escala que, según él, impulsará el crecimiento del país. Sus aranceles globales han sido presentados como una herramienta para generar ingresos, fomentar la manufactura nacional y mejorar las relaciones comerciales de Estados Unidos.
El escepticismo de los mercados
Para que estas políticas tengan éxito, Trump necesita convencer a los inversionistas, especialmente a quienes compran deuda pública. Sin embargo, los mercados de bonos muestran escepticismo. Mientras que el presidente visualiza una «edad dorada» de crecimiento, los inversionistas observan un panorama con más deuda, costos de financiamiento elevados, inflación y un posible freno económico.
Lo que antes se consideraba una inversión segura —los bonos del Tesoro estadounidense— ahora exige tasas de interés más altas para compensar el riesgo percibido. Este cambio eleva los costos de endeudamiento para el gobierno.
Empresas como Walmart ya han señalado que podrían tener que aumentar sus precios debido a la guerra comercial impulsada por Trump. Esta oleada de cambios políticos también ha dejado a la Reserva Federal en una posición de incertidumbre, sin claridad sobre cuándo ajustar las tasas de interés. Como resultado, los costos de crédito en hipotecas, préstamos para autos y tarjetas de crédito siguen siendo elevados para la población.
Predicciones optimistas desde la Casa Blanca
Pese al escepticismo externo, Trump sigue defendiendo sus políticas. Esta semana, la Casa Blanca publicó datos en los que asegura que los recortes fiscales podrían aumentar el producto interno bruto de EE.UU. hasta en un 5.2% a corto plazo, en comparación con un escenario sin la aprobación de la ley. Sin embargo, esta visión optimista ha sido ampliamente cuestionada por economistas y analistas independientes.
Varios informes han estimado que el paquete fiscal podría añadir más de 3 billones de dólares a la deuda nacional sin generar un crecimiento económico significativo. Se teme, además, que las reformas beneficien desproporcionadamente a los estadounidenses más ricos mientras perjudican a los más pobres, muchos de los cuales podrían perder el acceso a programas federales de asistencia alimentaria y seguro médico.
Impacto desigual y advertencias sobre la deuda
Los recortes fiscales actuales son una extensión de los aprobados en 2017. Como resultado, pocos contribuyentes verán un aumento notable en sus ingresos netos. De hecho, según el Modelo Presupuestario Penn Wharton, los trabajadores con menores ingresos podrían ver reducidos sus beneficios en más de 1,300 dólares en promedio para 2030, debido a los recortes propuestos en programas sociales.
Frente a las críticas, la Casa Blanca ha mantenido una postura optimista. “Creo que muchos han exagerado con sus advertencias,” dijo Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos del mandatario. Reafirmó que la agenda de Trump busca impulsar el crecimiento económico.
Discrepancia entre visión y realidad
En el pasado, los mercados solían celebrar los anuncios de recortes de impuestos y desregulación. Pero esta vez, la reacción ha sido más bien de preocupación. Muchos perciben una política caótica, con riesgos crecientes de que la economía entre en una fase de estancamiento prolongado.
“Es posible que se obtenga algún beneficio en el crecimiento, pero los costos son tan evidentes que cuesta confiar plenamente,” explicó Eric Winograd, economista de AllianceBernstein.
Señales de enfriamiento económico
Cuando Trump asumió el cargo, la economía ya mostraba buenos indicadores: bajo desempleo, gasto del consumidor fuerte, y estabilidad general. Pero ahora, en su segundo mandato, surgen signos de estrés económico. Aunque aún no se prevé una recesión inminente, muchos economistas advierten que los aranceles están incrementando el riesgo de una contracción.
Para aliados del presidente como el economista Stephen Moore, Trump está cumpliendo exactamente lo que prometió en la campaña de 2024: buscar un crecimiento sólido que cree empleo, aumente salarios y reduzca el déficit fiscal a través del dinamismo económico.
“Muchos de estos problemas surgen por un crecimiento bajo,” dijo Moore, quien insiste en que el objetivo es regresar a un crecimiento del 3% anual.
Proyecciones cuestionadas por el Congreso
El jueves, la Cámara de Representantes aprobó una ley que extiende los recortes fiscales del primer mandato, incluyendo promesas como la eliminación de impuestos a las propinas y horas extra. Sin embargo, el Comité Conjunto de Tributación, una oficina no partidista del Congreso, calculó que el impacto en el crecimiento económico sería mínimo: apenas 0.03 puntos porcentuales adicionales hasta 2034.
Además, este organismo estimó que la medida aumentaría la deuda nacional en 3.7 billones de dólares durante la próxima década.
Ante estos datos, el asesor Miran insistió en que los analistas subestiman los beneficios de una buena política fiscal. “Una mejor política tributaria genera mayor crecimiento, y eso se traduce en más ingresos para el Estado,” afirmó.
Mercados en alerta y nueva sacudida arancelaria
Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, señaló en Fox News que el proyecto incluye “muchos recortes de gasto,” y que buscarán más ahorros conforme avance en el Senado. Aun así, las advertencias sobre el desbalance fiscal llevaron a Moody’s a degradar la calificación crediticia de EE.UU., citando los recortes republicanos y el historial de gasto del partido.
Los mercados reaccionaron: los rendimientos de los bonos a largo plazo subieron, y una subasta de bonos a 20 años mostró baja demanda, lo cual afectó a las acciones.
Trump apunta de nuevo a los aranceles
El viernes, Trump volvió a alterar los mercados con nuevas amenazas arancelarias. Atacó a la Unión Europea y propuso un arancel fijo del 50% a sus exportaciones. También dijo que impondría un impuesto del 25% a los iPhones de Apple, e incluso dejó entrever que Samsung podría enfrentar medidas similares.
El índice S&P 500 cayó casi un 1%, y el dólar se debilitó frente a otras monedas. Empresas, analistas y políticos intentaron una vez más interpretar si Trump hablaba en serio o simplemente estaba usando tácticas de presión.
Precios al alza y dilemas para la Fed
Un informe de Allianz indicó que muchas empresas están trasladando los costos de los aranceles a los consumidores o proveedores. Aproximadamente la mitad de los encuestados en el estudio dijeron que podrían subir precios en respuesta.
Esta combinación de inflación en ascenso y desaceleración económica representa un desafío complejo para la Reserva Federal. Sus funcionarios deben equilibrar la meta de inflación baja y estable con el mantenimiento de un mercado laboral saludable.
“Estoy esperando más claridad antes de actuar,” dijo Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, en una entrevista con CNBC. Relató una conversación con un empresario de la construcción que resumió la situación así: “Es momento de dejar el lápiz sobre la mesa.”
Según Goolsbee, las empresas se han paralizado ante la posibilidad de anuncios económicos radicales cada semana o incluso cada día. “Simplemente no pueden tomar decisiones hasta que se resuelvan algunas de estas incógnitas,” concluyó.